Como ya he comentado en alguna ocasión, cualquier cosa que huela a viejo me gusta, (menos l@s viej@s [bueno, también me gustan, pero de otra manera]). Así es que ayudando a mi pareja a – saquear – limpiar la casa de sus abuelos, me encontré con este maravilloso carrete Kodacolor VR 100 (así como muchas otras cosas superguays que no vienen al caso).
Yo, persona que todavía cree en el amor, en la anarquía y en las barras libres a cinco euros, pacientemente esperé el momento adecuado para el carrete, sabiendo que ese día llegaría (aún a riesgo de que esto le llevase otros quince años).
Y ese día llegó de la mano de una fotofreakedada a Fresno del Torote (con una maravillosa historia que ya se contará a su debido tiempo).
Ya que me la jugaba tirando un carrete más que caducado, decidí jugármela un poco más si cabe. Utilizando una cámara, que todavía no había tenido ocasión de probar (cosa que se puede comprobar en un tercio de las fotos obtenidas).
| Primer intento |
| Segundo intento |
| Tercer intento... un cuarto de carrete para esta foto... para cabezota yo. |
En cuanto a los resultados, pues agridulces.
Dulces, por los colores: Suaves y con un fino grano que, aunque es demasiado ostentoso para tratarse de un ISO 100, no me desagrada. Por otro lado la temperatura de las fotos que, por momentos, me recuerda a alguna diapo y por momentos me recuerda al redscale 50-200 de Lomography. Era justo el tipo de color que quería para las fotos.
Fotos realizadas con el Kodacolor VR:
Fotos realizadas con un rdscale dispasrado a ISO 50:
Agrios porque tiré un precioso tercio del carrete de 12 exposiciones (al que conseguí sacarle dos más).
Sin duda, si vuelve a cruzarse en mi camino, no se me escapará.




Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy cholonas las fotos!
ResponderEliminar